BLOGS DE JOAQUÍN JOSÉ FERNÁNDEZ DOMÍNGUEZ

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Elvis en concierto en el Hotel Internacional de Las Vegas en 1969

Elvis cantando "Hound Dog" en el Milton Berle Show de la NBC en 1956

Elvis interpretando "If I Can Dream" en el trascendental especial "Elvis" para la NBC en 1968

lunes, 7 de junio de 2010

WE'RE COMING IN LOADED / THANKS TO THE ROLLING SEA






¡Qué entusiasmo de olas altas,
y qué desmayos de espuma
van y vienen! Un tropel
de formas, hechas, deshechas,
galopan desmelenadas.
Pero detrás de sus flancos
está soñándose un sueño
de otra forma más profunda
de querer, que está allá abajo.

En esta entrada se incluyen dos canciones de la banda sonora de la película “Girls, Girls, Girls” (“Chicas, chicas, chicas”), que Elvis interpretó para la Paramount en el año 1962, bajo la dirección de Norman Taurog. Taurog había dirigido, entre muchas otras películas, las conocidas “Boys Town” (“La ciudad de los muchachos”) y “The Adventures of Tom Sawyer” (“Las aventuras de Tom Sawyer”), ambas de 1938. “Girls, Girls, Girls”, que trataba de seguir la estela del inmenso éxito cosechado por su antecesora de 1961 “Blue Hawaii” (“Amor en Hawaii”), responde a la perfección al arquetipo de película de Elvis de la década de los 60: numerosas canciones, historia de amor, actrices atractivas (en la película que nos ocupa participaba uno de los sex-symbols de los 60, Stella Stevens, natural del estado de Mississippi, al igual que Elvis, y que el año siguiente, 1963, protagonizaría junto a Jerry Lewis el magnífico filme “The Nutty Professor” (“El profesor chiflado”) y escenarios naturales exóticos, cuya espectacularidad era grandemente realzada mediante el empleo de la fotografía en technicolor. En este caso, la película se rodó en Hawaii, una coordenada básica de la geografía elvisiana: además de hacer varias películas allí, Elvis ofreció conciertos significativos, entre los que sin duda destacan el del 25 de marzo de 1961 en el Bloch Arena de la tristemente famosa base naval del ejército estadounidense de Pearl Harbour, que fue su último concierto hasta su vuelta a los escenarios en 1969, y el del 14 de enero de 1973 en Honolulu, conocido como “Aloha from Hawaii”, emitido via satélite a todo el mundo; en ambos casos, la recaudación del concierto se dedicó a fines benéficos. Sin duda, las sugerentes imágenes que las películas de Elvis ofrecían de los espectaculares entornos naturales hawaianos aportaron su granito de arena en la consolidación del archipiélago del Pacífico como destino vacacional muy frecuentado por los estadounidenses y los japoneses en particular. “We're coming in loaded”, un tema compuesto para la película por Otis Blackwell y Winfield Scott, y “Thanks to the Rolling Sea”, una canción también creada para la banda sonora del filme por Ruth Batchelor y Bob Roberts, fueron grabadas por Elvis en los Estudios Radio Recorders de Hollywood el 26 de marzo de 1962. Al ser dos canciones de corta duración y esencial afinidad tanto en la forma musical como en el tema de su letra he decidido incluirlas juntas aquí, a modo de curioso díptico sonoro. La profesora Susan Doll, que completó su Doctorado en Estudios Fílmicos en la Universidad de Northwestern (Illinois) precisamente con un trabajo de investigación sobre Elvis Presley y es autora de libros como “Understanding Elvis” y “The Films of Elvis Presley”, explica que la mayoría de las películas de Elvis eran “integrated musicals” (“musicales integrados”), un género por aquel entonces ya consolidado durante décadas en Hollywood. El musical integrado se caracteriza por el hecho de que las canciones de su banda sonora juegan un papel central en el desarrollo del argumento y en la construcción de los personajes, aspecto éste que, en opinión de la profesora Doll, muchos de los críticos de las películas de Elvis ignoraban para centrarse más bien en el ataque a la supuesta inferioridad musical de las canciones en comparación con la producción discográfica no fílmica del cantante. En el caso concreto de las dos canciones aquí comentadas, puede afirmarse que ilustran a la perfección la tesis de Susan Doll: las dos son interpretadas a bordo de un barco atunero en las azules aguas del Pacífico (preciosa filmación en exteriores), puesto que el argumento de la película se centra en las peripecias de un pescador de atún hawaiano (Ross Carpenter, interpretado por Elvis) para recuperar la propiedad perdida del West Wind, el barco que construyó junto a su padre. El orden en que he presentado las dos canciones hace que incluso se puedan leer como un todo: “We are coming in loaded / Thanks to the Rolling Sea” (“Regresamos a puerto cargados de pescado / gracias al ondulante mar”). Desde el punto de vista musical, las canciones me parecen dos pequeñas joyas pues, aunque incluidas en la banda sonora de una comedia musical de ambiente hawaiano, son realmentes dos magníficos ejemplos de gospel. Percibo en la interpretación de Elvis, junto con el cuarteto gospel The Jordanaires, que lo solía acompañar en esa época, la maestría vocal y la sinceridad emocional de sus grabaciones religiosas. En el caso de “We're coming in loaded” se pueden paladear los sabores naturales del black gospel, recordando grandemente tanto el fraseado solista de Elvis como el armazón vocal de The Jordanaires a grandes formaciones del gospel del estilo de The Golden Gate Quartet. Por su parte, la versión de “Thanks to the Rolling Sea” que aquí ofrezco, a capella con la mínima adición de un sutil acompañamiento de guitarra acústica, se torna en un precioso ejercicio de polifonía coral concebido como emocionado himno al mar. De este modo, los dos temas se me aparecen como ejemplos de lo que yo definiría como “gospel panteísta”: la naturaleza simbolizada en el mar se nos presenta como un ente sagrado, divino, benefactor, que el hombre respeta y reverencia y con el que forma un todo indisoluble, una unidad armónica de la que extrae su sustento y forma de vida:

“Living is good and living is fine, we’re happy as we can be,
We owe all this to the salty brine, thanks to the rolling sea.

The mighty sea is good to us and we’ve got everything:
Abalone steaks and tuna fish cakes, taste so heavenly
We know who we owe it to, thanks to the rolling sea”

[“La vida es buena, la vida es estupenda, somos todo lo felices que podemos ser,
todo esto se lo debemos al agua salada, gracias al ondulante mar.

El poderoso mar es bueno con nosotros y tenemos de todo:
filetes de abalón y pasteles de atún, de sabor celestial,
sabemos a quién se lo debemos, gracias al ondulante mar”]

Si atendemos con detalle tanto a la estructura como función de ambas canciones, es fácil ver también en ellas espléndidos ejemplos de un tradicional género musical: los “work songs” (“cantos de trabajo”), melodías que se interpretaban al tiempo que se ejecutaban trabajos y labores muy exigentes desde el punto de vista físico. En concreto, las dos canciones ilustran una variante específica de canto de trabajo interpretada por marineros denominada “shanty” (del francés “chanter” / “cantar”) en inglés o “saloma” (del latín, “celeusma” / “canto de marineros”) en español. Consistía en un son rítmico, cadencioso entonado al unísono por los marineros para coordinar y hacer simultáneo el esfuerzo de todos en la ejecución de pesadas y laboriosas faenas físicas, como el izar y arriar de las velas del barco. En “Girls, Girls, Girls”, el tema “Thanks to the Rolling Sea” es interpretado por Elvis y sus marineros mientras echan y, posteriormente, recogen las redes empleadas para la pesca del atún, en una escena embellecida por el precioso entorno natural en que fue filmada. La repetición rítmica y onomatopéyica de la palabra de dos sílabas “rolling” marca la pauta para los dos movimientos básicos de la recogida de redes: el agarre con la mano y el posterior tirón hacia arriba de la pesada carga:

"Thanks to the rolling, rolling, rolling, thanks to the rolling sea,
Thanks to the rolling, rolling, rolling, thanks to the rolling sea.

We work all day but our hearts are gay, and while we work we sing."

["Gracias al ondulante, ondulante, ondulante, gracias al ondulante mar,
Gracias al ondulante, ondulante, ondulante, gracias al ondulante mar,

Trabajamos todo el día pero nuestros corazones están alegres, y mientras trabajamos, cantamos"]

En el encabezamiento de la entrada, de arriba hacia abajo, Elvis en el West Wind, Elvis cantando con sus marineros en el barco atunero, foto de Elvis con Stella Stevens, autografiada por ésta, llegada de Elvis a Honolulu en marzo de 1961 para su concierto en Pearl Harbour (el cantante fue recibido en el aeropuerto por unos tres mil seguidores), y foto del “rolling sea” en la zona del Faro de Corrubedo, en el municipio de Ribeira (La Coruña), lugar de nacimiento de mi madre, donde me inicié en el culto al mar durante mi infancia y adolescencia; como pie de foto, he incluido un fragmento del poema “Ahora te quiero” del poemario “Razón de amor” de Pedro Salinas, uno de mis referentes literarios fundamentales.




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